El hockey sobre hielo es, de por sí, un deporte exigente. Velocidad, precisión y trabajo en equipo lo convierten en una disciplina que engancha a jugadores y espectadores. Pero en las últimas décadas, además de su versión clásica, se ha consolidado una modalidad que busca abrir sus puertas a más deportistas: el hockey paralímpico, también conocido como sledge hockey o parahockey.
¿Qué es el hockey paralímpico?
El hockey paralímpico nació en los años sesenta en Suecia como una adaptación del hockey sobre hielo para personas con discapacidad en el tren inferior. La lógica es la misma que en el hockey tradicional: seis jugadores por equipo, un disco, porterías y un campo reglamentario. La gran diferencia está en la manera de moverse: los jugadores utilizan trineos con cuchillas y dos sticks más cortos que, además de servir para golpear la pastilla, llevan en el extremo unas puntas metálicas que permiten impulsarse sobre el hielo.
Esa innovación iguala a todos los participantes: personas con amputaciones, paraplejía, espina bífida o problemas de movilidad pueden jugar en las mismas condiciones. Incluso jugadores sin discapacidad pueden participar (aunque no competir oficialmente), lo que abre la puerta a equipos inclusivos en los que padres e hijos, amigos o familiares compartan la misma experiencia en el hielo.
A diferencia de otros deportes adaptados como el baloncesto o el rugby en silla de ruedas, el trineo elimina la ventaja natural de quienes no tienen discapacidad, lo que lo convierte en una de las disciplinas más integradoras del movimiento paralímpico.

Una disciplina en expansión internacional
Aunque en España apenas empieza a sonar, el hockey paralímpico vive un crecimiento notable en todo el mundo. En países como Francia, en pocos años se han creado más de diez equipos. Italia cuenta con un programa sólido (su campeonato es batallado por dos equipos: el club South Tyrol Eagles y un combinado de Varese y Turín) y con una selección nacional competitiva y hasta programas infantiles. Y en Norteamérica es un deporte plenamente consolidado: en Estados Unidos compiten más de mil jugadores y los mundiales llegan a reunir a miles de espectadores en las gradas.
Además, se trata de una modalidad reconocida oficialmente por el Comité Paralímpico Internacional, con presencia estable en los Juegos Paralímpicos de Invierno desde 1994.
Barreras y oportunidades en España
Si bien las bases están puestas, el hockey paralímpico todavía no es una realidad en España. La principal dificultad está en el acceso al material y a la infraestructura.
- Equipamiento: un set completo para un equipo de 11 jugadores y un portero ronda los 25.000 euros. Aunque es más barato que otros deportes en silla de ruedas, sigue siendo una inversión considerable.
- Pistas de hielo: la falta de disponibilidad horaria para entrenar en ciudades con pistas (Madrid, Barcelona, Jaca, Huarte, Puigcerdà…) es uno de los grandes obstáculos.
- Entrenadores especializados: formar técnicos en esta modalidad es clave, ya que requiere un conocimiento específico que hoy en día apenas existe en nuestro país.
Frente a estos retos, también existen grandes oportunidades:
- Inclusividad: es un deporte pensado para ser practicado por personas con discapacidad y acompañantes sin ella, lo que multiplica su atractivo social.
- Atracción internacional: países vecinos como Francia o Italia ya han mostrado interés en colaborar, aportando técnicos y experiencia.
- Marco legal: la Ley 39/2022 del Deporte subraya la obligación de las federaciones de impulsar y facilitar el acceso de las personas con discapacidad a la práctica deportiva, lo que podría ser un respaldo institucional para proyectos de este tipo.
Aspiraciones de futuro
La semilla del hockey paralímpico en España ya se ha plantado. La Real Federación Española de Deportes de Hielo (RFEDH) ha iniciado los primeros movimientos para adquirir material y organizar actividades de difusión. A ello se suman las iniciativas de jugadores y promotores que ven en este deporte una oportunidad única para crecer y, a la vez, derribar barreras.
El objetivo final no debe ser sólo formar un equipo, sino crear un circuito estable de entrenamientos y competiciones, con la mirada puesta en integrarse en el futuro a ligas internacionales y, por qué no, soñar con un equipo nacional que represente a España en competiciones paralímpicas.

-> Lo que viene en la segunda parte de este artículo (próximamente)
En este primer artículo hemos presentado las claves de una disciplina fascinante que tiene mucho que aportar al deporte inclusivo en España. En la segunda entrega nos centraremos en lo ocurrido en Madrid en diciembre de 2024, cuando un grupo de pioneros —con el apoyo de la RFEDH y la colaboración de la Federación Italiana— dio el primer paso para que el hockey paralímpico dejara de ser solo una aspiración y se convirtiera en una experiencia real sobre el hielo.
Nota: Horas antes de la publicación de esta saga de dos artículos sobre hockey paralímpico ya redactados, Goyo nos informa de que al fin le ha respondido una pista madrileña, la de Paquito Fernández Ochoa, en Valdemoro, para ofrecerles disponibilidad de hielo para la práctica de hockey paralímpico sobre hielo.